En los últimos años,
los seguidores de la música Malú venían reclamándole un cambio,
una bocanada de aire fresco en su registro, en sus letras, en sus
sonidos. Parece ser que ese mismo reclamo despertó también en la
propia artista que en los últimos casi tres años ha estado gestando
este nuevo álbum, el que más le ha costado de toda su carrera según
sus propias palabras, Oxígeno, que ha visto la luz hace apenas una
semana. La imperiosa necesidad de abrirse en canal, sin trabas ni
juegos de palabras, propició que la cantante se alejara del sonido
al que nos tenía acostumbrados y se lanzara a la piscina sin ningún
tipo de garantía y un emocionante vértigo en las entrañas que
llegó a dejarla sin oxigeno. Pero ahí, en aquella incertidumbre
encontró la verdadera respuesta a su grito interno. Una nueva etapa,
plagada de intenciones novedosas, se materializan en 11 nuevos temas,
11 nuevas historias que se dieron a conocer, en primer lugar, con
“Invisible”, y al que siguieron otros sencillos como “Ciudad de
Papel”, “Contradicción” y, el más reciente, “Llueve
alegría” acompañada de Alejandro Sanz. Veamos si finalmente
consigue su propósito desgranando una a una las canciones que
componen este “Oxígeno”.
Desde
otra realidad musical, un sonido completamente novedoso, se alza una
voz que suplica desaparecer para huir de los miedos, las envidias, la
inquina, de la crueldad, en definitiva, que nos rodea a la par que
atenaza nuestro fuero interno, que atormentado, precisa de un poco de
oxigeno para reencontrarse y regenerarse, para volver a ser. Cuando
el tema se lanzó cual globo sonda hace ya más de un año, fui capaz
de reconocer esa novedad que Malú pretendía mostrarnos. Con todo,
no es una canción que me llene, que me provoque emoción alguna. Su
letra me parece simplemente correcta, poco ambiciosa, no tanto así
como la cadencia del tema que sí me atrapa algo más. Esto es, me
gusta como suena, pero la letra me deja algo indiferente.
Mejor
momento:”Tantos puntos ciegos, calles sin salida, un millón de
suelos, esperando mi caída, quiero el poder... de desaparecer”
NOTA: 8,0
CIUDAD DE PAPEL
Sobrepasada.
Abrumada. Un fuerte impulso de espacio y destrucción aúlla desde lo
más profundo por la necesidad de renacer, de aniquilar cada emoción,
tormento, pena, o recuerdo que mina sin piedad el amor propio, la
seguridad en uno mismo y las ganas de vivir. Un grito de ayuda para
reclamar una catarsis emocional necesaria para volver a vivir. En
este segundo track encontramos la definición exacta de lo que supone
este “Oxigeno” para la cantante en su carrera, romper con lo
conocido, reencontrarse, e iniciar un nuevo comienzo. Salvajemente
emocional.
Mejor
momento: “A veces para armarme necesito mis ruinas”
NOTA: 9,5
El
que avisa no es traidor. Tan simple como eso. Soy compleja, soy
impredecible, y puedo ser tu mayor anhelo pero también tu mayor
quebradero de cabeza. Con el misterio descubierto por una radiografía
emocional que pone las cartas sobre la mesa, Malú nos ofrece este
mid-tempo donde la innovación vuelve a hacer de las suyas y trata de
embaucarnos y atraparnos en la telaraña de la perdición asumida y
aceptada. Es un tema inteligente, bien cuidado y que aporta vida y
algo de ritmo a un disco que, como veremos, de ahora en adelante
parece levantar el pie del acelerador.
Mejor
momento: Dicen “Soldado precavido en guerra no termina herido” si
aún así vienes por mí, debo decir... Nadie te harás sentir más
vivo”
NOTA: 8,5
AMOR ENEMIGO
El
desamor en su más cruel expresión se expresa en esta cuarta
historia envuelta en las entretelas de una balada típica de Malú.
Esa inmunda e infundada sensación de no ser nadie sin esa persona
que te ha partido en dos dándote la mano. El quejío del alma que
cree sentirse atada a un doloroso pasado, encadenada a un nombre que
ya no mira atrás y que se apodera de un futuro, que no es el suyo,
sin piedad, eclipsando toda posibilidad de vislumbrar la felicidad en
alguna parte.
Mejor
momento: “Mientras tú vives en mi futuro yo soy pasado”.
NOTA: 9,5
Seguimos
regodeándonos en el barro del desamor. Un mismo perro con distinto
collar con respecto al tema anterior. Volvemos a reclamar la atención
de aquél que revuelve pensamientos, recuerdos y se enquista dentro,
sin encontrar la superficie de esta piscina de dolor y desesperación.
No voy a decir que sea una mala canción, porque no lo es. Ni tan
siquiera que sea un tema de relleno, que podría parecerlo
perfectamente. Pero redundar en la balada, aún siendo perfilada en
una quietud más impenetrable, narrando una historia tan similar a
la anterior, le resta valor en el conjunto del disco, pues no aporta
nada nuevo.
Mejor
momento: “Sigo sintiendo el fuerte impulso de llamarte, sigo
temblando”
NOTA: 8,0
LLUEVE ALEGRÍA
Raíces. A eso suena este tema que rebosa amor por los cuatro costados. Voces grandes que empastan a la perfección en un tema delicado, soñador y eterno. Podría ser una canción de esas que perduran y que nunca pasan de moda. Una de las canciones más diferentes, positivas y entrañables del disco. Donde la Malú de hace veinte años, me recuerda mucho al sonido Cambiarás, ha madurado, se ha enamorado, ha vivido, y rebosa de felicidad. Más que la propia historia, me engancha el clima que se respira del tema. Una caricia para los oídos.
Mejor
momento: “Ahí van
tu alma y la mía, haciéndose compañía”
NOTA: 9,5
Lo
siento, pero se acabó. Ya no queda más en mí para ti, y has de
asumirlo y seguir adelante. Aunque me veas ante ti, yo ya no estoy,
ya no soy aquella que una vez te amó. Lo intentamos, pero no pudo
ser. Una herida abierta provocada por lo necesario, un alarido que rompe una voz silenciada en
pos del cambio, de avanzar, de vivir plenamente y buscar el verdadero
camino a disfrutar de la vida. Para muchos un tema inmenso, para mí
se queda en una apuesta. Las estrofas no me introducen en la
historia, el puente me toca con la punta de los dedos sin agarrarme,
si bien el estribillo es lo único, que por su potencia y no por
contenido, me llama la atención.
Mejor
momento: “Tú a solo un paso de mí, yo a 7,000 kilómetros de ti”
NOTA: 8,0
TODOS LOS SECRETOS
Reencontramos
a la Malú de “Y sobrellevé”. Muestra su raíz de bulerías, de
guitarra española, del flamenco que taconea en sus cuerdas, con un
mensaje ambiguo sobre quien es ella, sobre lo que subyace en su
interior cual ventana abierta al exterior. Musicalmente deliciosa,
una voz cien por cien Malú, pero una letra que no me termina de
enganchar salvo por la certeza de que la vida, en ocasiones, es
aterradora.
Mejor
momento: “¿Y quien me va a negar que a veces, esta bella vida, es
aterradora?”
NOTA: 7,0
De entre las millones de canciones que existen en este planeta, esta
podría ser una de esas que le da sentido a la definición de “amor”.
Lo imprevisible de algo tan grande, la sensación absoluta de
libertad, de plenitud y gratitud a la vida. Una de las mejores del
disco, sin lugar a dudas.
Mejor
momento: “Hoy tu abrazo sabe a casa. Consiguiéndome tan libre
desmontando mi coraza”
NOTA: 9,5
CUERPO A CUERPO
La
secuela de “Amor enemigo” y “Oye”. Una instrumental enredada
entre violines nos marca el escenario de un nuevo tema de desamor que
tampoco aporta nada nuevo. Bonita letra. Sentimiento, sí, pero más
de lo mismo, y es una pena, porque es bonita.
Mejor
momento:”Tengo cuentas abiertas con la eternidad que me roban las
noches por ti”
NOTA: 7,5
CANTARÉ
Concluimos
el disco con una canción que brota desde la esperanza y el amor por
la música. Una declaración de intenciones de no rendirse, bajar los
brazos y mirar a la vida y a la adversidad de frente, tanto si los
vientos vienen a favor como si van a la contra. Positividad y un
regustillo a la Malú de los primeros discos, especialmente “Malú”,
en la pureza de la intención.
Mejor
momento: “Y si aún así tiembla mi voz... yo cantaré, cantaré”
NOTA: 6,5
PUNTUACIÓN FINAL: 8.32
Es obvio que sería
temerario afirmar que no existe un sonido nuevo. La apuesta más
arriesgada la encontramos en el primer corte “Invisible” que
cuenta con una desnudez, misticismo y una instrumental muy diferente
a todo lo escuchado hasta el momento en la carrera de Malú, a lo que
se sumarán “Ciudad de papel” o “Contradicción”. Pero de ahí
en adelante, todas las canciones recuperan la esencia de Malú. Las
letras no son extraordinariamente brillantes, y las canciones son
bonitas, pero hay algo en el disco que no termina de encajarme del
todo, y quizás sea la distribución de los temas. Encuentro además,
cosa que no me parece para nada negativo, la esencia de la Malú de
los inicios, con esos sonidos orientales, o esa “pureza emocional”
en temas como “Cantaré” o “Todos mis secretos” que me
recuerdan a la etapa de “Cambiarás” o “Malú”. Con todo,
sigo extrañando las guitarras eléctricas del periodo “Guerra
fría”, así como lo grandioso de sus letras, incuso de la etapa
“Sí”. Advierto, no obstante, un salto cualitativo con respecto a
la etapa de Caos, que a mí, no me terminó de convencer. En
definitiva, un disco con canciones bonitas, que por separado ganan
más que escuchándolas en conjunto. Mucho éxito con este “Oxigeno”
Malú.